La Tercera parte del viaje comienza en Todra, en el Albergue "Azul" con Mohamed sirviéndonos una tetera de bienvenida como buen Bereber que es y trasnochando un poco hablando de las costumbres y política.. y despotricando del estado y demás cosas típicas jaja y en perfecto castellano oiga!
Toda una suerte encontrar éste lugar, muy económico, y hospitalario a sólo 5 km de las paredes de la gran garganta..
A la mañana siguiente, con toda la ilusión de ver dónde estábamos, ya que habíamos llegado de noche como siempre.. jeje salimos hacia las gargantas temprano, tras un buen desayuno que nos preparó nuestro amigo Mohamed y ésto fué lo que nos encontramos
Toda una suerte encontrar éste lugar, muy económico, y hospitalario a sólo 5 km de las paredes de la gran garganta..
A la mañana siguiente, con toda la ilusión de ver dónde estábamos, ya que habíamos llegado de noche como siempre.. jeje salimos hacia las gargantas temprano, tras un buen desayuno que nos preparó nuestro amigo Mohamed y ésto fué lo que nos encontramos
Lo primero nada más llegar una persona subiendo el Pillier du Couchant en solo, sin cuerda ni na.. "A las Bravas"
Un lugar que la verdad.. Impresiona, paredes muy verticales y altas, una roca caliza roja de la mejor calidad que he visto, buen clima y mucho ambiente skalaitor..
No tardamos mucho en empezar a escalar, y menos aún en darnos cuenta de que ése día no era nuestro día. Después de que un alemán nos bajara una chapa y de dejar un maillón en otra vía, decidimos cambiar de aires, dejar de escalar y disfrutar del paraje en el que estábamos.
Cómo no le preguntamos a nuestro amigo Mohamed, que nos recomendó visitar el pueblo Viejo (abandonado unos años atrás) y el palmeral que teníamos justo enfrente del albergue.
Tras cenar "Bien" en la ciudad (estábamos recuperándonos aún del Toubkal) al día siguiente si que amanecimos motivados, y decidimos darle un pegue a una vía de 4 largos en el Jardín Deté.
La verdad que nos dió un chute de motivación y subimos disfrutando mucho, de la roca, del lugar.. un viote muy muy wapo, y que prometí que en unos años repetiría por alguna de las vías de al lado..
Y más motivados bajamos aún que nos hicimos del tirón unas cuantas vías más, e incluso recuperamos el Maillón que habíamos abandonado el día anterior.,.
Esa noche, la familia de Mohamed nos sorprendió en el albergue, habían venido a verle desde todos los sitios de marruecos, equipados con una guitarra, timbales, hachís (anda que no fuman..) e incluso una botella de Wishky para celebrar la fiesta tradicional con el, y pudimos disfrutar de un concierto en directo de lo más variopinto :)
Al día siguiente tocaba despedida de Mohamed y carretera y manta.. un buen viaje de otros 500 km de vuelta a Marrakech, donde teníamos que estar a las 20 para entregar el coche..
Rumbo a Marrakech pasábamos cerca de las gargantas de Dades, otra formación rocosa interesante y nos acercamos a echar un vistazo..
De camino montamos en el coche a dos jóvenes que hacían autostop (si vais en coche merece la pena ir parando para conocer gente y tal). Ellos iban a Ouarzazate y la verdad que nos pillaba de camino así que les acercamos.
Nuestra sorpresa fue que al llegar a la gran ciudad, insistieron mucho en invitarlos a comer a su casa, por el gran favor que les habíamos hecho.
Íbamos bastante justos de tiempo, pero una oferta así en un país con una cultura diferente no se puede desaprovechar :)Entramos en una casa con un salón muy amplio y acogedor, de unos 30m cuadrados, y con sofá por todo alrededor de la pared y dos mesas grandes circulares con ruedas que podían mover a su gusto.
Enseguida en una de las mesas apareció té, agua fresca y pastas caseras. Mientras hablábamos con ellos del trabajo, la situación actual y las costumbres típicas, la mesa que estaba libre se iba llenando de comida y empezamos a comer:
Unas brochetas de carne riquísimas y una ensaladera inmensa de cuscús recién hecho, humeante de vapor..
Toda una experiencia la verdad, enturbiada quizás por el hecho de que las mujeres estuvieron todo el tiempo en la planta de arriba, cocinando para nosotros pero sin vernos, hasta que al salir de la casa, desde la ventana pudieron poner cara a los dos españoles a los que habían dado de comer..
A la tarde, después de todo el día conduciendo, llegamos a Marrakech sobre las 20.. DENOCHE para variar jeje.
La entrada en Marrakech fue apoteósica: miles de motos circulando en uno y otro sentido. Unos cruces en los que no sabías quien tenía el semáforo en verde.. la jungla.. como dijo Ismael, si a una ciudad anclada en el siglo XVIII le pones miles de motos y coches que pasa.. jejeje
Una vez en Marrakech, llegamos al hotel que por cierto estaba en un laberinto de calles de 1,5 metros de ancho y a oscuras.. pero muy cerquita de la plaza, donde cenamos y vimos la cantidad de espectáculos y turismo que se mueve en Marruecos.
Al día siguiente dimos un paseo por el Zoco y por la plaza, que no tiene nada que ver de noche a de día.. y poco más, ya que a medio día teníamos que estar ya en el aeropuerto para coger nuestro vuelo de regreso...
Y eso es todo..
¡Prisa Mata Amigo!
